El ajuste que aplica el gobierno de Carlos Alvarado, que incluye el Plan Fiscal aprobado el año anterior mediante la represión a la huelga, también cobra factura en el sector privado. El mismo sector servicios que el presidente promueve como uno de los más dinámicos, los call centers que extraen ganancias millonarias a costa del trabajo de miles de jóvenes en el país, se encuentra en una verdadera ola de despidos. Los patrones se van o modifican la estructura de sus empresas para intentar no bajar sus ganancias, pero a la clase trabajadora le dejan la incertidumbre del desempleo.
Las y los trabajadores despedidos de Van Ru declaran a la prensa que durante el repentino desalojo de la empresa les brindaron únicamente una información de contacto de un “superior” para que arreglen individualmente su liquidación. La patronal no brinda ninguna garantía de asumir responsabilidad patronal sobre el cierre, por lo que las y los trabajadores preparan acciones legales contra la empresa.
La precarización e inestabilidad laboral en los call centers es la realidad que se esconde detrás de las promesas de “ambientes de trabajo dinámicos”, el engaño se hace cada día más evidente y la juventud -que ha sido testigo de la huelga más importante de la historia reciente del país- no está dispuesta a permitirlo más. Es por esto que las expresiones de rechazo a la precarización dan cuenta de la necesidad de contar con organización sindical en el sector, que permita arrancar derechos fundamentales a las patronales contra el cierre de cuentas y empresas.